Alicia Casasús | 2 minutos

¿Qué es el Efecto Enero en el mercado financiero?

El efecto enero es una hipótesis sobre la existencia de una anomalía estacional en el mercado financiero que consiste en que durante el mes de enero las cotizaciones de las empresas tienden a subir y sus rentabilidades se comportan susceptiblemente mejor que en los restantes meses del año. A este patrón se le une la regla de los 5 días, según esta hipótesis, el comportamiento que tenga la bolsa en los cinco primeros días bursátiles será el comportamiento que siga durante el año. Si en las primeras sesiones el mercado responde al alza, será indicativo de expectativas positivas para los inversores en el ejercicio.

¿Cuál es el origen del efecto enero?

El primer registro de este fenómeno se remonta a los años cuarenta del siglo pasado cuando Sidney B.Wachtel lo formuló como hipótesis tras observar que las acciones del mercado estadounidense de entidades de pequeña capitalización habían superado al mercado en la mayoría de los meses de enero desde 1925, y la rentabilidad media de las acciones durante el mes de enero había sido mayor que cualquiera de los once meses restantes del año. Este estudio se popularizó posteriormente, sobre todo en los años 70 y 80 para el mercado estadounidense, y si bien es cierto que en algunas ocasiones ha sido un buen ejemplo de alerta, otros años ha fallado, como en el 2016 que enero resultó negativo y el balance final del año resultó favorable para el S&P 500.

¿Por qué se produce el efecto enero?

Estas son las hipótesis más recurrentes que han tratado de explicar por qué se produce este fenómeno:

  • Actualización de información financiera: con el cierre del año incrementa la información de los valores cotizados y las empresas ponen en marcha sus planes estratégicos, como en bolsa se descuenta todo, esta subida puede verse reflejada a inicios del año. Además, en este periodo se aprueban los presupuestos en las compañías y la predisposición a invertir en algunos activos es mayor.
  • Nuevas aportaciones: en diciembre se producen más reajustes en las carteras de inversores minoristas y en muchas ocasiones realizan aportaciones antes de finalizar el año, los fondos de inversión y los planes de pensiones invierten este dinero en enero.
  • Ajuste de carteras: las inversiones de los gestores pueden ser menos arriesgadas antes de que finalice el año y más agresivas cuando comienza, enero puede llegar a convertirse en el mes de las compras.
  • Fiscalidad: algunos inversores minoristas esperan hasta diciembre para vender aquellas inversiones que han incurrido en pérdidas y cuando empieza el año vuelven a comprar los títulos.
  • Psicología: algunos inversores reajustan su cartera e invierten en enero con sus mejores propósitos, si se equivocan tienen todo el año por delante para rectificar.

Las hipótesis expuestas parecen confirmar la existencia de una actividad en los mercados más elevada de lo normal. Sin embargo, este patrón ha sido rebatido y rechazado por gran cantidad de estudiosos. Tengamos presente que el mercado financiero es tremendamente complejo y parece desproporcionado afirmar que los primeros días del año son determinantes para dictaminar la evolución del ejercicio. Como siempre, debemos tener nuestras emociones controladas y un plan de inversión que aguante las inclemencias, sea cual sea su estacionalidad.